martes, 8 de diciembre de 2009

Conexiones


Hace muchos años, hacia finales de mi adolescencia, y en uno de mis viajes
 iniciáticos, fui a a dar a Maná, un minúsculo pueblito de la Guyana Francesa
ubicado a orillas de un amazónico río de frescas aguas donde tuve una poderosa visión.
Vi a nuestro planeta con muchas luces habitándolo,donde cada una de ellas se unía a
las demás con rayos que formaban una brillante red.
Esas luces eran personas y yo una de ellas.
Todas y cada una teníamos un trabajo común por hacer y eso nos atraía y
fortalecía.

No hace mucho tuve otra visión.
En este caso todos nosotros, los seres humanos, éramos como hojas de un hermoso e inmenso árbol.
Imagínate, tu y yo, hojas en ramas que parten de un sólido y poderoso tronco.
Imagina sus raíces hundiéndose en la sagrada creación, nutriéndose de ella
y por medio de la savia entregando esa energía a nosotros, sus hojas.

2 comentarios:

  1. Hermoso tu mensaje...el vello erizado y las lágrimas a punto de rodar. Muchas gracias!!, lo más importante es tomar conciencia de lo que somos y de nuestra tarea en el mundo...amigo, tenemos mucho "trabajo" por delante. Un abrazo de primavera

    ResponderEliminar
  2. me alegra que te guste Ada. Ese "trabajo por delante" nos hace dignos en la vida

    ResponderEliminar