viernes, 10 de septiembre de 2010

La otra ayuda.


Ésta es la diferencia de las Constelaciones Familiares convencionales: aquí, el alma toma el mando. El terapeuta o el ayudador están en sintonía con el alma dándole todo el espacio, todo el tiempo. El alma muestra lo esencial inmediatamente.
Naturalmente, el terapeuta o el ayudador tienen que estar en concordancia con el sistema mayor. Libre de imaginaciones, libre de teorías, libre de intenciones, libre de emociones, libre de empatía en el sentido habitual. Así, algo se muestra. También tiene que estar en concordancia con el destino del cliente y con el Destino que nos tiene a todos en sus manos -y con la muerte, tal y como venga en su momento. Entonces se puede desarrollar lo esencial.
...Muchas veces no aparece la solución en sí, sino únicamente el movimiento que conduce a la solución. Eso es suficiente. Por tanto, tampoco se busca ningún cierre o final. Una vez lo decisivo apareció, está actuando.
El trabajo se vuelve mucho más humilde, más potente, con mucho más respeto ante el cliente y también ante las fuerzas mayores que determinan nuestra vida y la vida de aquéllos a quienes estamos llamados a ayudar.


del libro Los órdenes de la ayuda
                                     de Bert Hellinger